Qué significan los certificados PEFC y FSC

en El sector/Sostenibilidad

La sostenibilidad es un valor al alza que los consumidores demandan y que las empresas interiorizan no solo para cumplir esa demanda, sino para garantizar la continuidad de sus negocios. Desde AIFEC somos conscientes de la importancia del cuidado del medio ambiente y potenciamos que nuestros asociados desarrollen productos que sean cada vez más seguros tanto para los consumidores como para la naturaleza.

Consumir recursos de manera responsable y garantizar la correcta gestión de los residuos son dos acciones fundamentales en términos de sostenibilidad y de ecodiseño. Los certificados PEFC y FSC nos ayudan en la primera parte de la ecuación: garantizan que el papel que se utiliza como materia prima en la fabricación de etiquetas procede de bosques gestionados de manera sostenible.

Ambos certificados nacieron después de que en los años 80 organizaciones ecologistas de Holanda, Reino Unido, Australia y Estados Unidos llamaran al boicot internacional al comercio de productos forestales tropicales. “Esto llevó al cambio de uso del suelo de los bosques tropicales para la ganadería y la agricultura, con la quema de bosques para obtener suelo cultivable. A partir de entonces se dio un cambio de filosofía con la certificación forestal, que premia el uso correcto de los recursos”. Lo explica el consultor medioambiental Sergio Ródenas, que añade que los dos certificados someten a las empresas forestales a una auditoría para asegurar la gestión del monte de acuerdo a criterios y principios que garantizan su uso responsable y sostenible”.

PEFC es el sistema de certificación forestal más implantado en el mundo, con más de 300 millones de hectáreas certificadas en más de 30 países. Su certificación es una garantía de que los productos de madera, papel y cartón proceden de bosques donde se han respetado las normas de sostenibilidad acordadas. Lo mejor de recurrir a una organización como PEFC para certificar el origen sostenible de los productos que utiliza una empresa es, precisamente, el hecho de que se trate de una organización externa a las industrias. Los consumidores reconocen más una certificación externa que una declaración por parte de la empresa.

La certificación FSC permite a las empresas indicar en las etiquetas de sus productos que sostienen un modelo de gestión forestal responsable, lo que permite a los consumidores identificar y elegir estos productos. Para asegurar que no haya contaminación y que sus productos certificados no se mezclen con otros no certificados a lo largo de la cadena, FSC verifica en cada etapa que los productos certificados estén identificados y separados de los demás.

Con esta información, podemos preguntarnos cuál de los dos es mejor para las empresas del sector. Pero no hay una respuesta exacta. “Ambos sistemas son totalmente válidos para la certificación –afirma Sergio Ródenas–, son sistemas basados en la trazabilidad desde el origen hasta la venta final”.