Luis Fernández Vilela, actual CEO de Coreti dejará su trabajo en activo este próximo 29 de enero, siendo sucedido en su puesto por Manuel Deza, quien ya ha asumido el papel de director general de la compañía en el tránsito hacia la retirada de Luis. Un digno sucesor que ha trabajado mano a mano con él y que además de una fortísima amistad les une su visión y amor por el negocio de la etiqueta adhesiva.
Para el sector y sobre todo para la familia Coreti Luis ha dejado una huella imborrable. Con él, tras más de 38 años en activo, 32 de ellos dedicados a Coreti, la industria se ha modernizado, ha crecido, se le ha reconocido y merecidamente se ha declarado actividad esencial. En este trayecto Luis ha tenido mucho que ver, él también ha sido esencial, diríamos que vital. Pues desde su Galicia natal ha logrado hacer grande a su empresa a pasos agigantados aún sin haberlo pretendido cuando comenzaba a hacer etiquetas en aquel pequeño taller de 100 m2 de A Coruña.
Ahora, con perspectiva, vemos todos sus logros, como el haber creado una compañía que es un referente en el sector, tanto a nivel nacional como internacional, gracias a su visión y a que siempre ha tenido por encima de todo lo demás en su cabeza a sus amigos, compañeros y empleados. Y también porque nunca ha dejado de tener los pies sobre la tierra.
De él dicen que es un trabajador incansable, con vocación por lo que hace y que es tan generoso que nunca le ha importado, es más siempre le ha gustado, compartir su sabiduría, experiencias y esa devoción por el trabajo con quien le ha acompañado. Sus empleados de hecho destacan esto de él, las enseñanzas que les ha transmitido.
Ahora llega el momento de que, con todo esto a sus espaldas que le debe llenar de sumo orgullo, pueda disfrutar de su más que merecido tiempo, de su familia. Y de sus viñas, de sus trabajos de carpintería, de su barco, etc.
